jueves, 5 de junio de 2014

Cuevas de Pedernales

Las Cuevas de Pedernales


Pedernales es una zona geográfica rica en cuevas, cavernas, grutas y otras formaciones geológicas de tipo de cavernario debido a lo accidente de su terreno y la cercanía de las aguas erosionantes del mar. Los orígenes de estas cuevas se remotan a miles de años atrás y su aislamiento a largo plazo ha dado cabido a ecosistemas únicos, ricos en especies endémicas, excepcionalmente adaptadas a las condiciones naturales presentes en las cuevas.




La oscuridad absoluta en muchas de las cuevas ha provocado el desarrollo de especies de camarones, peces y crustáceos cuyas pieles carecen totalmente de pigmentación y que prescinden de órganos de visión, valiéndose de otros recursos sensoriales para sobrevivir en su medio. Debido a la escasez de alimento, estas especies son de un tamaño que apenas supera los pocos centímetros o incluso milímetros.

El interior de las cuevas es de un valor arqueológico aún no establecido del todo. Como muchas de ellas han permanecido miles de años selladas al exterior, ha sido posible encontrar en ellos fósiles y restos de animales extintos. Asimismo, en las inmediaciones de las cuevas donde abundan las fuentes acuíferas, es posible toparse con una abundancia de vasijas escondidas bajo el agua. En ciertas cuevas se han encontrado también objetos ceremoniales.

Atención aparte merece el arte rupestre presente en una buena cantidad de las cuevas ubicadas en Pedernales. Descubiertas en su mayoría en los últimos años, se consideran las muestras de artes rupestres más antiguas y mejor preservadas de las Antillas. La mayoría de las pinturas se cree que data de más de 3.000 años antes de Cristo.  Las manifestaciones pictóricas de las cuevas son variadas y al parecer tienen un sentido religioso que apunta a que las cuevas eran probablemente centros de adoración. Los motivos más abundantes incluyen figuras de animales, de mujer con cabeza de lechuza, pelícanos, el sol y la luna. Hay además pinturas de tortugas de gran tamaño.

En las cuevas sumergidas es posible también practicar espeleobuceo, una práctica de buceo que se especializa en penetrar en lugares de difícil acceso y de condiciones aun no exploradas. A pesar de ser una actividad que requiere de previo entrenamiento, las cuevas sumergibles son una delicia sensorial gracias a la profusión y magna belleza de las formaciones magistrales en la mayoría de nuestras cuevas.

Entre las cuevas sumergidas se destacan La Poza, El Pozo, Cueva Mondesí, Cuevas de Trou Nicolás, Cueva del Limón, la Cueva de Cabo Mongó. Entre las presentes en la superficie, las más interesantes son la Cueva de Cabo Rojo, la Cueva de las Tortugas y la Cueva de Durán Espinal.

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